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Como ya viene siendo habitual, Microsoft nos ha deleitado con un sistema operativo sencillo, bonito y sobre todo optimizado para realizar nuestras tareas diarias.
Es cierto que con Windows Vista nos quedó un amargo gusto que recordó a aquella versión maravillosa llamada Millenium y que duró menos de un año (porque era una auténtica mierda), dando paso a XP. De hecho el rendimiento de Windows Vista quedó en entredicho cuando la interfaz aero se comía nuestras máquinas (que la verdad, no eran tan potentes como las que ahora podemos tener).
Mucho tiempo ha pasado desde entonces y ya nuestro querido Windows 7 nos dejó muchísimo mejor cuerpo. Todo funcionaba como un reloj, mucho más optimizado y con el mismo aspecto que el Vista, pero bien hecho.
Ahora, además de optimizar mucho mejor todos los recursos, tenemos un Windows 8.1 aún más enfocado a los usuarios finales de todas las tipologías y colores; habiendo retomado el Menú Inicio (acierto supremo, que en la versión 8 no habían añadido), han enfocado la interfaz a botones grandes y no muy numerosos y con pocos textos. La curva de aprendizaje si vienes de un Windows anterior es cierto que es grande para usuarios poco experimentados y los menúes están pensados totalmente para pantallas táctiles, pero es una gozada ver cómo lo han hecho.
Por mi parte deciros que muy recomendable, yo ya lo tengo en casa (totalmente legal) y estoy encantado de la vida; ¡vosotros mismos si aún no le habéis dado la oportunidad a los chicos de Redmond!!
Por cierto, Microsoft NO me tiene en nómina, ¡malpensados!
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